Buscar este blog

jueves, 3 de octubre de 2013

INFORMACIÓN DE INTERÉS

El ruido es un factor psicopatógeno destacado en nuestra sociedad, tal y como tiene establecido la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la República Dominicana 64-00, también encontramos, referencia en el Código Penal contra la integridad física y psíquica de las personas en el Artículo 480-5 y en el Código Civil Contra los autores y cómplices de alborotos injuriosos y nocturno y los que escandalizaran por embriaguez, Artículo 471-12.
Del mismo modo existen normativas en el documento de REQUISITOS GENERALES PARA LA PROTECCION CONTRA EL RUIDO: Niveles máximos permitidos de los procedentes de fuentes fijas y móviles de la Secretaría de Medio Ambiente.
El ruido es, con toda seguridad, el elemento contaminante más habitual en nuestras ciudades, pero esto no quiere decir que estemos obligados a soportar mas allá de los niveles máximos establecidos en la normativa de requisitos generales para la protección contra ruidos, salvo en casos de emergencias o situaciones especiales. 

El hecho de estar sometido a un nivel de ruidos elevado produce determinadas enfermedades físicas y psíquicas graves. Episodios de ansiedad, aumento de la presión arterial, estrés, obsesión y depresion, son enfermedades habituales en las personas que sufren un exceso de ruido. Estas situaciones, lejos de irse atenuando con el tiempo, se ven agravadas y deben ser tratadas por médicos especializados
El ruido es entre los contaminantes ambientales uno de los más influyentes en la salud y la conducta. La tortura con el sonido es un acto violento, que genera violencia, que se usa en las guerras como arma para debilitar la moral del enemigo y alterar el sistema nervioso central.
Estamos ante un caso de contaminación sónica, un delito ambiental: un ambiente, interior o exterior , se considera contaminado por ruido cuando la exposición sonora allí existente, origina molestias comprobadas, riesgos para la salud, perjuicio para los bienes (pérdida de valor de la propiedad privada), los recursos naturales o el ambiente en general.
Tenemos una población que ha visto deteriorar su salud por motivo de lo efectos de la falta de sueño, la rabia y el irrespeto a la paz pública.
Los ruidos generados por bares, discotecas, ferias, etc. son, probablemente, los más perturbadores de todos los que se sufren en el ámbito domiciliario ya que suelen ser elevados y al producirse en horario nocturno, impiden un adecuado descanso y perturba la paz del hogar y el desarrollo de actividades tan importantes como la lectura y el estudio.

 La lucha contra este tipo de ruido suele ser sencilla ya que son actividades que deben contar con licencias de actividad y funcionamiento, en las cuales se establecen las medidas correctoras necesarias para evitar que los niveles de ruido superen las normas de aplicación.
El problema en estos casos es la “apatía municipal y policial” en el control, vigilancia y sanción de los incumplimientos de las actividades de ocio nocturno, que retarda considerablemente la solución del problema.
Estamos viviendo en un Estado de Derecho, en una República con un Sistema Judicial que va modernizando. No estamos viviendo en un feudo o en una finca propiedad de alguien que quisiera estar sobre la ley, y actuar sin escrúpulos, imponiendo el interés mercurial, el deseo de ganar dinero, sobre la paz ciudadana. Exigimos que se respeten nuestros derechos ciudadanos, pues nadie puede estar sobre los principios de la convivencia pacífica.

PUBLICADO POR ANTHONY GERARDO VINCIGUERRA DE ANGELIS

No hay comentarios:

Publicar un comentario